Relojes automáticos

No products found

No products were found matching your selection.

Browse products
Relojes automáticos
Ya busques un nuevo reloj automático Rolex Daytona, estés pensando en comprar un reloj de segunda mano Jaeger-LeCoultre o simplemente quieras aumentar tu colección con relojes automáticos nuevos de la mano de marcas como Omega o Patek Philippe, debes saber que existen miles de opciones tanto en el mercado de primera mano como en el de segunda.

¿Qué es un reloj automático?

A día de hoy, la mayoría de relojes mecánicos de marcas como Rolex, Patek Philippe, Breitling, Omega o Cartier son relojes automáticos. Aunque si eres de los que prefiere la opción contraria, no te preocupes. los relojes de cuerda manual todavía se comercializan.

¿Qué es un reloj automático?

Antes del desarrollo de los relojes automáticos, los relojes mecánicos eran únicamente manuales. Con ello, el propietario del mismo se veía obligado a darle cuerda al reloj de manera regular, en caso contrario, el reloj se ralentizaba y finalmente acababa deteniéndose. Y no solo presentaban este inconveniente, sino que al darle cuerda a sus relojes de forma constante, muchos personas terminaban por dañar el movimiento. Para atajar este problema se crearon los relojes automáticos, que permiten que el movimiento funcione sin necesidad de darle cuerda de forma manual. Para que esto sea posible, el mecanismo del reloj lo impulsa la energía cinética producida por el usuario a medida que este se mueve.

¿Cuánto cuestan los relojes automáticos?

Los precios de los relojes automáticos tanto para hombres como para mujeres abarcan una amplia gama de cifras determinada por la marca, el modelo y los materiales utilizados para su confección. Un reloj automático engastado con diamantes en oro y platino podría costar decenas de miles de dólares. Otros, cuyo acabado es extremadamente sofisticado, como el modelo Grandmaster Chime Ref 6300G de Patek Philippe, superan habitualmente el millón de dólares. Sin embargo, hay muchísimos relojes automáticos de gama alta fabricados con materiales más accesibles, como el acero inoxidable, y características menos intrincadas, por lo que se pueden comprar por precios relativamente asumibles. Por otro lado, una gran opción cuando se buscan relojes automáticos y no se quiere invertir una fortuna es la de explorar el mercado de segunda mano. En él se puede acceder a magníficos modelos retro o actuales de marcas tan prestigiosas como Rolex, BreitlingPanerai y Cartier.

Precio medio de los relojes automáticos

Algunos de los relojes automáticos más caros del mundo llevan el sello de marcas grandilocuentes como Audemars Piguet. Sus precios rondan en promedio los 30 000 € (40 000$). Pero si no quieres gastar tanto, puedes comprar buenos relojes automáticos de marcas como TAG Heuer y Omega con precios más asumibles (1000 € o unos 1200 $).

Precio medio de los relojes automáticos
Marca Modelo Precio medio (desde €/$)
TAG Heuer Aquaracer 1,160€/1,365$
TAG Heuer Carrera 1,390€/1,635$
Omega Constellation 1,720€/2,025$
TAG Heuer Formula 1 1,780€/2,095$
Breitling Colt 1,890€/2,210$
Omega De Ville 2,240€/2,645$
Omega Seamaster 2,740€/3,230$
Cartier Tank Americaine 4,640€/5,460$
Cartier Santos 4,695€/5,530$
Rolex Oyster Perpetual 4,990€/5,875$
Breitling Transocean Chronograph 5,070€/5,970$
Rolex Datejust 6,020€/7,090$
Cartier Calibre de Cartier 9,570€/11,270$
Montblanc Heritage Spirit 13,480€/15,875$
Patek Philippe Calatrava 14,440€/17,000$
Rolex Daytona 14,640€/17,240$
Audemars Piguet Royal Oak 15,500€/18,000$
Audemars Piguet Millenary 18,095€/21,000$
Patek Philippe Complications 23,780€/28,000$
Patek Philippe Nautilus 31,120€/39,000$

Relojes automáticos icónicos de varias marcas de lujo

Jaeger-LeCoultre, Omega, Rolex, Audemars Piguet, Cartier y Patek Philippe son solo algunos de los nombres que se han hecho con una posición privilegiada y se han erigido como auténticos innovadores desde la aparición de los movimientos automáticos. Cada una de estas marcas goza de gran prestigio internacional debido a sus icónicas y originales contribuciones al mundo de la horología y de la moda.

Omega Seamaster

Aunque actualmente una gran cantidad de personas asocian de inmediato el Omega Seamaster con el moderno 007 James Bond, este reloj de buceo resistente al agua ha estado en circulación desde mucho antes de la década de los 90, momento en el que apareció por primera vez en las películas basadas en el personaje creado por Ian Fleming. Antes del Seamaster, en 1932, Omega lanzó al mercado uno de los primeros relojes automáticos de buceo del mundo: el Marine. Con el paso de los años, la experiencia y conocimiento fueron aumentando, lo que permitió a la marca realizar mejoras en el diseño que irremediablemente condujeron a la aparición del Omega Seamaster en 1948. Sólido y sumergible hasta 60 metros gracias a la adición de un sello de junta tórica, el reloj era lo suficientemente deportivo y elegante como para poder llevarlo también con un traje. Para el 70 aniversario del Omega Seamaster de 1948, Omega ha lanzado dos modelos conmemorativos en oro blanco de 18 quilates con movimientos Master Chronometer. En 1957 vio la luz el Seamaster 300, una versión mejorada del original que presentaba una sumergibilidad superior (hasta 200 metros) y cristales más gruesos que ayudaban a soportar mejor la presión del agua. El Seamaster 300 ha sido objeto de numerosas ediciones con diversas variaciones y mejoras; una de las más famosas es la Seamaster 300 Spectre, lanzada al mercado para celebrar la asociación de la marca con las películas de James Bond.

Rolex Submariner

El reloj de pulsera Rolex Submariner vio la luz por primera vez en 1954. Su diseño buscaba el pragmatismo de un cronómetro preciso incluso bajo el agua más la elegancia de una apariencia atractiva. Sus principales características han sido siempre su caja Oyster para evitar que el agua afecte al movimiento, un bisel giratorio, corona a presión, números claros para una lectura fácil y una ventana con fecha. Con un movimiento automático Calibre 3130, este reloj de buceo de Rolex creció rápidamente en popularidad entre los buceadores profesionales, pero también entre personajes ilustres como Steve McQueen o Roger Moore y Sean Connery en el papel de James Bond.

Cartier Tank

Louis Cartier diseñó el Cartier Tank en 1917 inspirado en la forma rectangular de los tanques Renault utilizados en las contiendas de la Primera Guerra Mundial. El modelo original fue entregado por su creador al General John Pershing, líder militar americano que desempeñó un papel crucial en la liberación de Francia. Caracterizado por su claro acabado, posee un atractivo instantáneo y atemporal que le ha convertido en un icono de Cartier. Existen otros modelos Tank como el Tank Americaine, el Tank Française y el Tank Anglaise. Cada uno de ellos ofrece una variación única del original.

Audemars Piguet Royal Oak

El Audemars Piguet Royal Oak nació del deseo de crear un nuevo reloj deportivo de lujo que fuera muy diferente a los que había disponibles en aquel momento. Un director de marketing de Audemars Piguet se reunió con el afamado fabricante de relojes Gerald Genta y le retó para que ideara un diseño de la noche a la mañana, justo antes de la Exposición Anual de Relojes Suizos de Basilea de 1971. Genta tomó el testigo (le avalaban modelos de altura como el Omega Constellation y el Patek Phillipe Golden Ellipse) y desarrolló un diseño inspirado en las literarias escafandras.

El producto fue bautizado con el nombre de Royal Oak con la intención de honrar al acorazado de la Royal Navy británica. La primera edición, de acero, tenía un distintivo bisel octogonal, una pulsera ajustable, tornillos visibles y una esfera estampada. Su movimiento era automático (el resistente Calibre 2121. sucesor del 2120 diseñado en conjunto por Audemars Piguet, Jaeger-LeCoultre, Vacheron Constantin y Patek Philippe). Aunque en un principio el público no se mostró demasiado entusiasmado por el Audemars Piguet Royal Oak cuando vio la luz en 1972, su estatus creció con las variaciones producidas a lo largo de los años y entre las que destacan la de 1981 (Royal Oal Perpetual Calendar), la de 2010 (Royal Oak Equation of Time) y la edición 20 aniversario (Royal Oak Offshore) diseñada por Emmanuele Gueit.

Jaeger-LeCoultre Reverso

El Jaeger-LeCoultre Reverso es inconfundible debido a su original diseño con bisagras que permiten revertir la cara. El modelo original se diseñó en la década de 1930 y corrió a cargo de Jacques-David LeCoultre. Había sido desafiado para que crease un producto que fuera adecuado para jugar al polo, por lo que se le ocurrió este elegante y deportivo reloj estilo art déco. Con el tiempo, este Jaeger-LeCoultre ha sido relanzado en múltiples versiones como la lunar, la de doble cara o la tourbillon.

Patek Philippe Calatrava

Lanzado por primera vez en 1932, el Calatrava se ha convertido en uno de los diseños más emblemáticos de la firma Patek Philippe; de hecho, para muchos es el reloj de vestir masculino por antonomasia. El original, llamado Calatrava Reference 96, fue diseñado por David Penney con la intención de canalizar el concepto de la escuela Bauhaus tanto en sus formas como en su funcionalidad. La elegancia de lo simple. El primigenio Ref. 96 poseía una caja redonda con orejetas cónicas integradas para mayor comodidad de uso y una esfera diáfana y sencilla de calibre 12" 120. El modelo Ref. 96 Calatrava se fabricó durante largo tiempo (1932 a 1973), años durante los cuales no paró de crecer en éxito y reconocimiento. En las últimas décadas, Patek Philippe no ha parado de ofrecer diversas variaciones del modelo original entre las que destacan opciones para mujer y modelos con añadidos de elevada complejidad.

Zenith El Primero

Se dice que el Zenith El Primero es el primer cronógrafo automático de la historia. Su comercialización comenzó en 1969 tras largos años de investigación y desarrollo. Su calibre de 6.5 mm de grosor y 29.33 mm de diámetro produce 36.000 vibraciones por hora, cifra que superaba en precisión a todos los cronógrafos existentes en aquella época. La firma Zenith probó el modelo El Primero conectándolo a un Boeing 707 durante un vuelo Francia/Nueva York (en el que se atravesó el Atlántico). A pesar de los cambios extremos de temperatura y la presión atmosférica a la que fue sometido, así como a diversas turbulencias y movimientos bruscos, el cronógrafo mantuvo su precisión durante todo el trayecto sin necesitar de ajustes adicionales en ningún momento.

Relojes automáticos vs. relojes de cuarzo: ¿qué opción es mejor?

Basta con preguntar a cualquier grupo de aficionados a los relojes si creen que un reloj automático es mejor que un reloj de cuarzo o viceversa para que el debate se avive y crezca inapelable. Esto se explica porque ambos movimientos presentan sus ventajas concretas, lo que hace que algunas personas se sientan más cómodas con una opción y otras con la otra. A grandes rasgos, los relojes automáticos suelen atraer a aquellos que buscan un reloj con un gran acabado artesanal y un diseño preciso. Por otro lado, los relojes con movimientos de cuarzo se producen a mayor escala, lo que se traduce en precios mucho más asequibles. Son una gran opción para aquellos que buscan un reloj mecánico de gama alta y que no se preocupan tanto por si el producto funciona a través de una ingeniería minuciosa y compleja.

¿Debo llevar mi reloj automático diariamente?

A diferencia de los relojes de cuarzo, que funcionan con una pila y un diminuto cristal de cuarzo, los relojes automáticos utilizan energía cinética. El movimiento del reloj dispone de un resorte que absorbe la energía a medida que el portador se mueve; es esa energía la que permite que los complejos movimientos se muevan y de ese modo se muestre la hora con exactitud. Los relojes automáticos modernos poseen reservas de energía amplias; de hecho algunos modelos de marcas como Hublot y IWC Schaffhausen poseen reservas de más de 60 horas de energía cuando están completamente cargados.

Pese a todo, los relojeros recomiendan que los propietarios usen sus relojes automáticos de forma regular para ayudarlos a mantenerse en perfectas condiciones. Cuando un reloj automático se queda sin energía y se deja sin usar, el movimiento puede verse afectado en su precisión debido a la aparición de diversos problemas. Muchos coleccionistas de relojes evitan este problema al guardar los relojes automáticos que no usan con demasiada frecuencia en estuches giratorios exclusivamente diseñados para relojes automáticos. Con ellos, el reloj gira para que pueda seguir aprovechando cierta energía cinética y de ese modo no se pueda quedar sin batería con la consecuente detención.

Breve historia de los relojes automáticos de pulsera

El primer diseño de un reloj automático se atribuye al relojero suizo Abraham Louis Perrelet. En 1778, Perrelet desarrolló un dispositivo mecánico que utilizaba un peso oscilante para aprovechar la energía y alimentar así un reloj de bolsillo. El diseño, conocido como movimiento Leroy tardaba unos 15 minutos en cargarse por completo.

Aunque Perrelet es considerado por muchos como 'el padre del reloj automático', no fue el único que recurrió a tales innovaciones. A la sazón, Hubert Sarton, relojero belga, desarrolló un mecanismo de rotación similar enfocado a relojes. Los historiadores todavía no se ponen de acuerdo respecto a cuál de los dos vio antes la luz, sin embargo, lo que está claro es que ambos han sido determinantes para el desarrollo del reloj automático tal cual lo conocemos a día de hoy.

En 1780, Abraham Louis Breguet compró el diseño de Perrelet e introdujo algunos cambios. Vendió los relojes resultantes de tal inversión durante algunos años, pero los retiró poco después, en 1800, tras recibir diversas quejas por parte de múltiples clientes que afirmaban que los relojes no eran muy fiables a la hora de mantener la precisión.

A lo largo del siglo XIX y hasta después de la Primera Guerra Mundial, los relojes automáticos se fabricaron en cantidades limitadas. No fue hasta el periodo de posguerra, momento en el que la industria creció considerablemente debido a determinantes mejoras tecnológicas y en los procesos de fabricación, cuando se incrementó notablemente la producción de relojes automáticos. En 1923, John Harwood, un reparador de relojes británico, se convirtió en una de las primeras personas en adquirir patentes para relojes automáticos tanto en Suiza como en Inglaterra. La producción de sus diseños comenzó en 1928 en Suiza y su reloj 'Bumper' pronto se hizo famoso. Estos relojes tenían una capacidad de 12 horas una vez que se cargaban por completo.

El siguiente gran paso en cuanto a relojes automáticos se dio con el Rolex Oyster Perpetual. Su innovador sistema de peso libre permitía una rotación de 360º que mejoraba el rendimiento y ofrecía unas 35 horas de reserva cuando estaba completamente cargado. Tras él apareció el Eterna Watch, que incorporaba rodamiento de bolas en el movimiento para minimizar el desgaste de las piezas.